predicar

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1 Corintios 2:12-13
La iglesia necesita indiscutiblemente la sabiduría y el poder de Dios para llevar adelante los propósitos de Dios para con este mundo, ya que en primer lugar existe un contraste entre la sabiduría y el espíritu de este mundo, con la sabiduría y el Espíritu de Dios.
La afirmación apostólica es clara, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el que proviene de Dios para que podamos entender lo que Dios nos ha concedido, nos ha otorgado definitivamente el conocimiento más poderoso y valioso que podemos tener es reconocer que la razón no nos abre los caminos a Dios y a sus planes, sino que solo Dios Espíritu Santo puede hacerlo
Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. El Espíritu Santo es poder de Dios en la iglesia de Jesucristo, poder con un propósito bien claro, bien determinado de parte de Dios, ser testigos a todo el mundo, la iglesia de Jesucristo tiene una impronta marcada a fuego que es: ir a toda criatura, a todo el mundo testificando del amor y el poder sin igual de un Dios que desea desde su corazón que nadie se pierda.
La iglesia de Jesucristo no ha sido establecida en este mundo para permanecer con su luz y conocimiento dentro de cuatro paredes, la iglesia ha sido llamada afuera donde está el perdido, el que sufre, el incrédulo, porque con ese propósito se manifestó el Hijo de Dios.
Reflexionar sobre el papel de la iglesia en el mundo y su relación con Dios, se hace una necesidad imperante, entender para que estamos en este mundo, que debemos de hacer para alcanzar el propósito de Dios, cuales son las prioridades de una iglesia jugada, lanzada, identificada al cien por cien con Cristo y su obra más allá del costo sacrificio con tal de alcanzar al perdido.
No hay dudas las escrituras resaltan de manera inequívoca la autoridad, el poder y la misión que Jesús delegó a sus discípulos, poniendo énfasis en la importancia de la transformación espiritual y el compromiso con el reino de Dios; es un hecho que, si la iglesia no es transformada conforme al corazón de Dios, y no asume la responsabilidad de la predicación del evangelio a toda criatura y a todas las naciones terminará fosilizándose o enterrando lo que Dios le ha concedido para el crecimiento, desarrollo y madurez del reino de Dios.
La soberanía divina, el empoderamiento de la iglesia y el deber de ser testigos fieles de Cristo, nos desafía a la tremenda necesidad de renovar el pensamiento y vivir según los valores establecidos en las Escrituras; porque la iglesia no será más, no será menos que el pensamiento que la alimenta porque, así como es el pensamiento del hombre así es el, alcanzar a tener una mente de Cristo es la meta de una iglesia comprometida con la causa de Cristo. (Colosenses 2.10-16)
La iglesia de Jesús es una fuente de vida, de poder y autoridad Jesús ha dejado, ha dado, ha envestido a su iglesia de tales características con el fin, de extender el reino de Dios en la tierra. Jesús comisionó a sus discípulos diciendo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15)
Jesús es la fuente de vida espiritual; él dijo lo siguiente: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. (Juan 11.25-26) los creyentes a través de la fe en Jesús experimentan la vida y la transformación que los conduce a la patria celestial.

Creo que todos los creyentes estaremos de acuerdo de que nuestro Dios es omnipotente, soberano, todopoderoso; no hay otro como él; él creo el universo, la tierra, el mar con todo lo que hay, de igual modo creó al hombre a su imagen y semejanza; esto implica de forma radical, fundamental, esencial que todo hombre o mujer están sentenciados a tener un vínculo, una relación, una familiaridad con su Dios y creador
Cuando decimos la iglesia es un centro de autoridad y poder de Dios, estamos pensando que hay un poder supremo único sobre la creación, Dios tiene el control, el dominio sobre todo lo que existe, porque todo ha sido creado por él y para él. (Colosenses 1:16)
La iglesia de Jesucristo ha recibido una delegación de autoridad y poder; dijo Jesús: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, (Mateo 28:18-19) la iglesia de Jesucristo ha sido empoderada y mandatada a llevar la obra de Dios a toda criatura y a todas las naciones.
Luego de la soberanía de Dios y la autoridad delegada a su iglesia, existen, hay, están presente otros poderes en este mundo, poderes naturales y espirituales; pero, cualquiera que sea o como se llame este poder está sometido al poder divino y a la iglesia de Jesucristo.
Dios exaltó hasta lo más alto, hasta lo sumo, a su santo Hijo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:9-11)
Palabras más o palabras menos tenemos una realidad establecida por Dios mismo para su iglesia ella es la embajadora de los planes, de los propósitos, de los negocios de Dios aquí en la tierra para con la humanidad toda.
La iglesia debe asumir su responsabilidad de ser fiel testigo de Jesucristo, siendo sal y luz, columna y baluarte de la verdad, viviendo los valores y principios morales y espirituales establecido en las escrituras; buscando ser siempre perfectos, como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto (Mateo 5:48)
Para que la iglesia asuma este reto, este desafío, debe de sufrir una metamorfosis, un cambio, una transformación de pensamiento y poder entender como es el crecimiento del reino de Dios aquí en la tierra.
Pablo apóstol de Jesucristo no exhorta, nos estimula, nos impulsa a que permitamos, a que nos animemos, que podamos reconocer que necesitamos que el pensamiento mismo de Jesús, sea nuestro propio pensamiento.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo; (1 Corintios 2:16) renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:23-24)
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.
Apocalipsis 21:5
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
San Juan 15:16
Siempre que tomamos temas de elegidos, escogidos o predestinados entramos en un montón de conflictos con la teología; pero, no es nuestra intención entrar en problemas, en discusiones, confrontaciones y mucho menos en pensar esto es lo verdadero, aquello otro es lo falso, jamás haremos eso, sin embargo, aunque si tenemos nuestra posición en cuanto al tema como consecuencias de que Dios puede hablar, emplear dicha palabras y mantener las esencialidades de otras palabras como: cualquiera, cualesquiera, todos, ninguno, etc., etc.; que parecen caminar por la vereda de enfrente, pero no es así, sino que, todas las palabras en las sagradas escrituras, la Biblia, forman parte de la palabra de Dios sin afectar su inerrabilidad, y su irrefutabilidad.
Cuando hablamos de: elegidos, escogidos o predestinados, simplemente estamos pensando con la mayor sencillez posible y quizás hasta con algo de ignorancia en cuanto al querer entender la palabra de Dios con el razonamiento humano, más si añoramos, anhelamos, deseamos, queremos la revelación de las escrituras por medio de Dios Espíritu Santo, ya que él en quien nos guía a toda la verdad; porque no habla por su propia cuenta, sino que hablará todo lo de Dios.
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios;
1 Corintios 3:18-19
Simplemente cuando decimos Dios nos ha apartado, nos ha escogido, nos ha elegido, o nos ha predestinado, estamos diciendo Dios ha optado desde siempre para que fuéramos nosotros los que realizáramos esta tarea, creer así es algo descabellado, o estamos siendo contagiados por algún sindroma esquizofrénico, o nos estamos deslizando de la sana doctrina, por el hecho de pensar así, pero esta idea tiene un asentamiento bíblico más importante de lo que pensamos.
Repasemos algunas cosas: Dios escogió la ofrenda de Abel, sobre la de Caín, aunque ambos eran pecadores y cada uno ofrendo de lo era y de lo que tenía*; Dios llamó a Abraham, es que no había otro hombre en Harán descendiente de Noé*, Dios escogió y predestinó a Jacob y no a Esaú aun antes de nacer y hacer bien o mal en sus vidas, para fundar la nación de Israel*, Dios escogió a José y lo predestinó entre doce hermanos para realizar un plan que llevaría a Israel a Egipto*, Dios escogió a Moisés de entre todos los hombres de Israel, para liberar a su pueblo de la esclavitud, Dios escoge a Josué, por sobre los hijos de Moisés, el sacerdote y los obreros del momento para introducir a Israel a la tierra prometida*.
Dios llama, escoge, y predestina hoy, como llamó, escogió, y predestinó en el pasado y llamará, escogerá, y predestinará en un futuro si Cristo no viene por si iglesia antes, más allá de lo conflictivo que parezca este tema, necesitamos creer, y si creemos veremos la gloria de Dios.
Así como los apóstoles, no buscaron ser apóstoles, ni tan siquiera sabían que Jesús iba a levantar apóstoles, creo que esa palabra no había pasado ni por sus pensamientos, y resulta que un día Jesús reúne a sus discípulos y elige a doce a los cuales nombra, llama, apóstoles10; vemos que no hay consultas previas con sus discípulos, ni siquiera le da la opción de negarse, el mensaje fue claro de su parte; así como Pablo perseguidor y asolador de la iglesia, religioso más que nadie, amador como ninguno de la ley, no pasaba ni el más efímero pensamiento de servir a Cristo y morir por la causa del evangelio hasta que llego el tiempo de la ejecución del plan de Dios sobre su vida dice: "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su graciarevelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles.
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé11. Nosotros no hemos elegido, no fuimos consultados, no pudimos escapar del llamamiento divino, Dios nos bendijo en gran manera con una tremenda bendición, una obra la cual él pensó, ideó y preparo para nosotros de antemano, y estamos totalmente persuadidos, confiados, llenos de certeza, que el que comenzó esto, Cristo, la perfeccionara, la hará progresar, la hará crecer y fructificar hasta que venga Cristo por su iglesia.
