Cinchada.

Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.
(Salmo 127:3) 

Notas para el camino.

Capítulo 1 Cinchadas

La cinchada para algunos, el tira y afloja para otros, es un juego de equipo que pone a prueba la fuerza, la estrategia y la coordinación, lo solía jugar desde mis años de niño, no recuerdo cundo deje de jugar, tengo recuerdos que en algún campamento de jóvenes donde participe de líder lo jugamos, y valla si nos divertíamos, este es un juego que consiste dos equipos, se colocan cada uno en el extremo de una cuerda se traza una línea divisoria al medio, ambos grupos intentan medir fuerzas hasta que alguno de los equipos cruza la línea o abandona la competencia, es un juego quizás simple, pero intenso y alegre, que siempre produce un disfrute.


En mis años de vida cristiana y al haber llegado a esta altura de mi vida siempre comprometido con el Reino de los Cielos y con su Señor, Jesucristo, la fe, la esperanza, el amor como que han marcado el recorrido de un camino con bastantes desafíos, pero también un camino lleno de gracia, de bendiciones y la certeza inigualable de la promesa de la vida eterna en Cristo.


Un sin número de pruebas y luchas también han construido este camino bastante sinuoso, por momentos muy doloroso, pero siempre he mantenido con la ayuda de Dios la vista puesta en el autor consumador de la fe; las palabras de Pablo, apóstol de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, como que siempre me han brindado un foco lleno de luz esperanzadora recordándome que lo que vivo aquí es pasajero, momentáneo y que nada es comparable con la gloria venidera y eterna que nos espera.


Cinchadas con la vida misma.

El camino de la fe es único para cada persona, bien vale la pena decir que no toda mi vida he estado en el camino de la fe cristiana tal cual la vivo y la siento hoy, he caminado, he estado en otro camino, sin embargo, he tenido mi creencia lineal en cuanto a Dios, él ha estado en mi corazón y pensamientos desde siempre, desde mis primeros recuerdos, tengo la certeza que siempre fui creyente incondicional de la fe cristiana, siempre creí en Jesús.


Lo valioso del trayecto recorrido es que antes de llegar al camino actual no fue un camino estático; inmóvil, paralizado, por lo contrario, la vida en si misma me lleno de momentos de reflexión, de aprendizaje, la vida misma es una escuela sorprendente para todo ser humano, sin embargo, la certeza de la existencia de Dios, aun sin conocerle, fue en esos tiempos como una luz que me guiaba en medio de la oscuridad, provocando una conexión que me fortalecía y animaba.


Este mundo, la vida misma esta llena de momentos impredecibles, algunos son realmente duros, presentando algunas aristas casi crueles, si bien es cierto que la vida tiene otros momentos, cargado de belleza, paz y felicidad, estas situaciones más buenas o menos buenas, mas malas o menos malas, no distinguen las personas por sus condiciones socio económicas, ni por sus creencias religiosas, la vida está llena de sorpresas, momentos inesperados.


Aunque el mundo pueda en algún momento mostrar su dureza, también el mundo puede reflejarnos la bondad, la solidaridad y el amor; en ocasiones en los momentos más difíciles, es donde la esperanza y la resiliencia emergen con más fuerza, tremenda capacidad tiene el hombre para adaptarse o superar cualquier adversidad o dificultad que se le presente en el camino, hay momentos complicados, hay dudas, hay cambios, pero el hecho de mantener la fe en Jesús nos dará fuerza y esperanzas cada día.


Mis primeras cinchadas con la vida

Lo viví, lo experimente, y puedo testificar acerca de la siguiente verdad: en medio de la adversidad, el espíritu humano tiene una capacidad increíble para encontrar luz y esperanza. La fe, el amor y la solidaridad son pilares que nos sostienen y nos impulsan a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.


Nací en la ciudad de Florida a pocos días del suicidio de mi abuelo, ciertamente no tengo recuerdos de vivencias propias y directas con mi abuelo paterno, más me quedaron en mi corazón y pensamientos los relatos de mi padre acerca de su padre, no hay dudas, una esencia de mi abuelo hay en mi gracias a los relatos de papá.


En ocasiones pienso que papá vivió extrañando siempre a mi abuelo, su padre, él tenía tanto de él, su semejanza, su similitud de carácter, de pensamiento, según mis tíos abuelos era idénticos; y en parte, hasta donde pudo tomo su lugar en la familia, el con apenas diecinueve años quedo a cargo de 10 hermanos menores.


Hoy llevar el nombre de mi abuelo es un recordatorio, un tributo, una honra maravillosa para mí; era un hombre bonachón, sencillo, cándido, familiero, trabajador, nadie sabe porque decidió auto eliminarse, papa siempre me decía que de haber yo nacido unos días antes él no se hubiera matado, pero así sucedieron las cosas, así que nací en medio de un drama familiar doloroso, sufrido.

Papa me dejó a través de sus narrativas y anécdotas un legado hermoso, saber sobre mi abuelo sin llegar a conocerlo; en ocasiones pienso que fue realmente una persona especial, a pesar del dolor presente en papa y mama, mi llegada al mundo no solo fue una caricia para los que sufrían, sino que también me parece haber sido un punto de partida para que papa reflexionará sobre su vida, y la familia, porque su corazón estaba hecho pedazos.


Papa con sus escasos no cumplidos veinte años tuvo que asumir la responsabilidad que tenía diez hermanos menores, papa era de una fortaleza admirable para con su familia, la realidad nos indica que no podemos cambiar el pasado, pero si podemos darle un significado honrando, enalteciendo a nuestros antecesores, a quienes nos precedieron como verdaderos guías o modelos de vida.


Vivir con propósito y amor, como seguramente mi abuelo y mi padre habrían querido es la forma de gradecer y continuar con el legado que nos han dejado, cada día al decidir esforzarme, caminar con los valores y la dignidad de mis predecesores, ya no es tan solo un recuerdo, sino que son una fuente de inspiración por la cual me siento super satisfecho.


Bendiciones familia